VARGALEZA

Espinacas

Qué es

Llamada en botánica Spinacia oleraceala espinaca es una planta herbácea y anual del género Spinacia, cotizada por sus preciadas hojas verdes, que tienen forma ovalada y pueden ofrecer un aspecto rugoso. Pertenece la familia de las Amarantáceas y a la subfamilia de las Chenopodioideae, donde encontramos otras plantas como la quinoa (género Chenopodium) o la remolacha (género Beta).

El ser humano la cultiva desde hace más de dos milenios, apareciendo en Asia Central, en la zona del actual Irán, donde se extendería hacia el Lejano Oriente (China) y hacia Oriente Próximo (Palestina y Arabia).

No sería hasta el siglo IX, aproximadamente, cuando los sarracenos desembarcaron en las costas italianas y Europa conoció la espinaca. Más adelante, ya en el siglo XII, se tiene constancia de su popularización en todo el Mediterráneo árabe, incluyendo España, que fue la puerta de entrada de la espinaca, cuyo nombre deriva del árabe isfinaj y éste, a su vez, del persa aspanakh. Así se desmonta el mito de que espinaca deriva del latín y de los conceptos spina, algo que no haría justicia a tan sabrosa verdura.

En los huertos y cultivos, la espinaca se caracteriza por tener un único tallo central, largo y carnoso, con alturas que superan los 30 centímetros pero no sobrepasan el metro. De él brotan las hojas, siempre de color verde intenso, de mayor tamaño en la parte inferior y más pequeñas y delicadas en la parte superior.

Aunque pertenecen a la misma familia, hay diferencias notables diferencias entre distintas espinacas, siendo las más populares las espinacas savoy (de hoja rugosa, crespa y relativamente duras) que las espinacas de hoja lisa, que no tienen rugosidades y son más sutiles al paladar. El concepto espinaca baby no es un tipo de espinaca, sino una recolección temprana, aprovechando así las hojas más jugosas, frescas y tiernas.

 

Propiedades nutricionales

Las espinacas son consideradas un “superalimento” por su alto contenido en vitaminas y minerales. Un plato de 200 g de espinacas tiene la misma cantidad de vitamina C que una naranja siempre y cuando no se cocinen durante mucho tiempo (unos 15-20 minutos como máximo). La vitamina C interviene en el correcto mantenimiento de la piel y encías, además ayuda a reducir la sensación de fatiga y el cansancio.

Las espinacas son ricas en betacarotenos que son unas sustancias con poder antioxidante que cuando se consumen se transforman en vitamina A. Contribuyen al mantenimiento en condiciones normales de la piel, visión y mucosas.

Son ricas en vitamina K que ayuda en la correcta coagulación de la sangre. Por eso, también es conocida como vitamina antihemorrágica.

Su color verde intenso nos indica que tienen un alto contenido en folatos, imprescindibles para el correcto crecimiento y desarrollo de los fetos.

En cuanto a los minerales, hay que remarcar que son fuente de potasio y cromo. El primero contribuye al funcionamiento normal de la musculatura y al mantenimiento de la tensión arterial normal. El segundo ayuda a mantener normales los niveles de glucosa en sangre.

Aunque son ricas en hierro y calcio, cómo tienen un alto contenido en oxalatos, no son totalmente absorbidos.

 

Conservación

Para conservarlas correctamente hasta dos semanas, se han de introducir en una bolsa de plástico perforada o envuelta en un plástico y guardados en la nevera.